Archivos Mensuales: octubre 2010

Problemas


Érase una vez un sabio muy conocido que vivía en una montaña del Himalaya. Cansado de convivir con los hombres, había optado por una vida sencilla, y pasaba la mayor parte de su tiempo meditando.

Este sabio, como era un hombre muy compasivo, no dejaba de dar un consejo aquí y otro allá. A pesar de todo, éstos aparecían en grupos cada vez mayores y, en cierta ocasión, una multitud se agolpó a su puerta diciendo que en el periódico local se habían publicado que el sabía cómo superar las dificultades de la vida.

El sabio les pidió a todos que se sentasen y esperasen. Cuando ya no quedaba espacio para nadie más, él se dirigió a la muchedumbre que esperaba frente a su puerta:

-Os os voy a dar la respuesta que todos queréis. Pero debéis prometerme que, a medida que vuestros problemas se solucionen, les diréis a los nuevos peregrinos que me fui de aquí, de manera que yo pueda continuar viviendo en la soledad que tanto anhelo. Contadme vuestros problemas.

Alguien comenzó a hablar, pero fue inmediatamente interrumpido por otras personas, ya que sabían que aquélla era la última audiencia pública que el hombre santo daría, y temían que no tuviera tiempo de escucharlos a todos. El sabio dejó que la escena se prolongase un poco más, y por fin gritó:

-¡Silencio! Escribid vuestros problemas y dejad los papeles aquí, frente a mí.

Cuando todos terminaron, el sabio mezcló todos los papeles en una cesta, pidiendo a continuación:

-Id pasando esta cesta de mano en mano, y que cada uno saque un papel y lo lea. Entonces podréis cambiar vuestro problema por el que os ha tocado, o pedir que os devuelvan el papel con el problema que escribisteis originalmente.

Todos los presentes fueron tomando una de las hojas de papel, la leyeron, y quedaron horrorizados. Sacaron como conclusión que aquello que habían  escrito, por muy malo que fuese, no era tan serio como lo que afligía a sus vecinos. Dos horas después, intercambiaron los papeles, y cada uno volvió a meter en su bolsillo su problema personal, aliviado al saber que su aflicción no era tan dura como se imaginaba.

Agradecieron la lección, bajaron la montaña con la seguridad de que eran más felices que los demás, y –cumpliendo el juramento realizado- nunca más permitieron que nadie perturbase la paz de aquel hombre santo.

 

Paolo Coelho

Despierta y Atrévete..!


Despierta, libérate, anímate a realizar lo que deseas lograr, no pierdas un instante más, ya habrá tiempo en la eternidad para siempre descansar en paz.

Despierta, la creación debes aprender a contemplar: un amanecer, una flor, el canto de un ave, aprende a estar vivo, a vivir apasionadamente la oportunidad que hoy tienes de vivir.

Despierta, con tus anhelos forja el mundo que deseas lograr, sueña con los ojos abiertos y no ceses de soñar hasta convertirlos en realidad.

Despierta, contempla el milagro que te rodea, tú eres un milagro real, hoy estás vivo y debes tener más de un motivo para ser feliz y continuar.

Despierta, deja de ser un sonámbulo, un simple espectador y conviértete en el autor principal de la obra más importante, sé el protagonista principal de tu propia vida.

Despierta, conviértete en esa fuerza que necesita el mundo, de los seres que han entregado su existir para lograr que algo mejore.

Decídete a dejar tu esencia, tu aroma, porque alcanzaste una estrella.

Despierta y atrévete a vivir hoy como el día más importante de tu vida.

 

Escrito por: In Lak´Ech

Vía Renuevo de Plenitud

Comer en familia


Es importante comer en familia? Los nuevos estudios sobre el tema no dejan lugar a dudas. Según Kendrick, un terapista de familia: «Es la mejor vitamina diaria que los padres pueden dar a los hijos». Implica intercambiar sobre la escuela, los amigos, el maestro, o hacerlo sobre los abuelos, los tíos y primos, las noticias del día. Hacerlo en igualdad, sin temores, ni vergüenzas, ni inhibiciones. Mejora la autoimagen, fortalece la autoestima, desarrolla el pensamiento crítico-creativo, moviliza la capacidad de participar, construye una identidad sana.

Practicarlo regularmente y sin teléfonos, blackberries, ni TV encendidos, está asociado después con conductas como evitar el embarazo adolescente, más altos puntajes en la escuela, menos desórdenes de comida en jóvenes.

Además un estudio mostró que los que comen con sus hijos, tienen un nivel de satisfacción de la vida más alto.

Esta es una de las múltiples expresiones del valor espiritual y afectivo, excepcional de la familia.

Por ello a pesar de las ideologías antifamilia, y de los esfuerzos que implica llevar adelante una familia, sigue siendo una institución de total vigencia. Una reciente investigación en Estados Unidos, muestra que el matrimonio es parte de la vida de la gran mayoría. Tomando los de 40 años, el 81% se ha casado por lo menos una vez. También las cifras indican que si bien hay un modesto descenso en los últimos 30 años, también lo hay en las cifras de divorcio.

La familia está en pie, pero sus posibilidades de tener y criar hijos y desarrollarse en economías tan turbulentas e individualistas están muy ligadas a que la sociedad lleve adelante políticas públicas protectoras. Un ejemplo interesante es la practicada en Francia desde hace años. Las familias francesas tienen dos bebés promedio frente a sólo 1.5 en la Unión Europea en su conjunto. El país invierte en la familia. El año pasado, gastó el 5.1% de su producto bruto, 135.000 millones de dólares en familia, cuidado de niños, y beneficios de maternidad. Entre ellos junto a las licencias pos parto de cuatro meses, aporta amplias ayudas familiares, deducciones fiscales por niño, descuentos para familias grandes en los trenes, hogares de cuidado gratuitos de buena calidad para los niños de 3 a 5 años a los que está asistiendo el 99% de ellos, y hasta tratamientos integrales de rehabilitación física para el periodo pos parto.

En América Latina, la familia tiene fuertes raíces culturales, y es valorizada por los jóvenes en las encuestas como la institución en que más creen, pero muchas familias se destruyen bajo los impactos de la pobreza, o crece la tasa de renuencia a formarlas por las incertidumbres económicas severas, el déficit de vivienda, y la falta de apoyos públicos.

Con algunos avances, hay mucho por hacer para que la política pública garantice a todos con apoyo de la sociedad, que establecer una familia constituya un derecho real y no sólo retórico.

Bernardo Kliksberg
El Universal
kliksberg@aol.com

Soy malo si no cumplo con las normas?


En estas últimas semanas he estado con una presión increíble en el trabajo, ya que las inscripciones finalizaron, y sigue llegando un río de estudiantes que no se inscribieron y que solicitan inscripción extemporánea.

Y como ya venció el lapso y la prórroga, pues les digo que se inscriban para el siguiente período.

Y entonces, me siento como la persona más mala e insensible del planeta, al irse los estudiantes molestos o llorando por no haber podido inscribirse.

Y pienso «¿cuándo empecé a ser yo responsable de que ellos no se inscribieron a tiempo?». Por qué el malo soy yo?

¿O es que el Policía de Tránsito es el malo por ponerme una multa, por no respetar un aviso de «Pare» o un semáforo?

Quizás estamos acostumbrados a vivir en un mundo paternalista, acostumbrados a vivir de dádivas, prórrogas y de pedir favores, que cuando alguien quiere cumplir las normas, es rechazado por el sistema…

¿O quizás es que soy muy radical y debo buscar ser más flexible?

 

Luis Castellanos
Reflexiones Diarias

Una Maestra Marcó la Diferencia


Hace años un profesor de la Universidad John Hopkin asignó a un grupo de estudiantes graduandos la siguiente tarea: vayan a los tugurios. Tomen a 200 muchachos entre las edades de 12 y 16 e investiguen su trasfondo y ambiente. Luego predigan sus oportunidades para el futuro.

Los estudiantes, tras consultar las estadísticas sociales, hablar con los muchachos y copilar mucha data, concluyeron que el 90 % de ellos pasarían algún tiempo en prisión.

Veinticinco años después a otro grupo de estudiantes graduandos se le asignó la tarea de probar la predicción. Volvieron a la misma área. Algunos de los muchachos -para entonces hombres- todavía estaban allí, unos pocos habían muerto, algunos se habían mudado, pero se pusieron en contacto con 180 del grupo original de 200. Descubrieron que solo cuatro del grupo habían sido enviados a la cárcel.

¿Por qué fue que estos hombres, que habían vivido en un criadero del crimen, habían tenido tan sorpresivamente buen comportamiento? A los investigadores se les dijo una y otra vez: «Bueno, había una maestra…»

Ellos insistieron y descubrieron que en el 75 % de los casos se trataba de la misma mujer. Los investigadores visitaron a esta maestra que ahora residía en un hogar para maestros jubilados. ¿Cómo había logrado ejercer tan sorprendente influencia sobre ese grupo de muchachos? ¿Podría ella darles alguna razón por la que estos muchachos todavía la recordasen?

«No», dijo ella, «realmente no podría» Y entonces, meditando sobre todos esos años, dijo graciosamente, más para sí misma que para sus interrogadores: «Amé a esos muchachos…»

Vía Renuevo de Plenitud

Nada para escribir hoy


Lamento decirles que no pude escribir esta semana, Estuve bien ocupado en el fin de semana y no me dio tiempo.

Les presento mis excusas. Nos leemos la semana que viene…

Luis Castellanos

 

 

El Pronóstico


Una joven madre a quien le habían diagnosticado una forma de cáncer tratable regresó a casa del hospital, sintiéndose incómoda por su apariencia física y la pérdida del cabello ocasionada por las radiaciones. Cuando se instaló en una de las sillas de la cocina, su hijo apareció silenciosamente en el umbral, estudiándola con curiosidad.

Cuando su madre comenzó el discurso que había preparado para ayudarle a comprender lo que veía, el niño vino corriendo, se acomodó en su regazo, puso su cabeza contra su pecho y se aferró a ella. Su madre decía en ese momento: «Y dentro de un tiempo, ojalá pronto, luciré como antes y entonces estaré mejor».

El niño se enderezó pensativo. Con la franqueza de sus seis años, respondió sencillamente: «Diferente cabello, el mismo corazón».

Su madre ya no tuvo que esperar un tiempo para sentirse mejor. Ya estaba mejor.

Vía Renuevo de Plenitud

Enamorarse a tiempo


Si te encuentras enamorado de una persona que no está enamorada de ti… No te reproches a ti mismo. No hay nada de malo contigo, sino que el amor no eligió descansar en el corazón de la otra persona.

Si te encuentras a alguien que está enamorado de ti, y tu no lo amas, siéntete honrado de que el amor vino y tocó a su puerta, pero dulcemente rechaza el regalo que no puedes devolver.

Si te encuentras enamorado de alguien, y esta persona se enamora de ti también, y el amor elige irse, no intentes reclamarlo o culparlo. Déjalo ir.  Hay una razón y un significado, tú lo sabrás a su tiempo. Recuerda que tú no eliges el amor. El amor te elige a ti.

Todo lo que puedes hacer realmente es aceptarlo, por todo su misterio, cuando entra a tu vida.  Siente como él te llena hasta derramarse, y entonces encuentra la manera de compartirlo.  Dalo a la persona que lo hizo nacer en tu vida.  Dalo a otros que sean pobres de espíritu.  Dalo alrededor del mundo en todas las formas que puedas.

Es entonces, que muchos que aman cometen un error, porque habiendo estado mucho tiempo sin amar, ellos entienden el amor como únicamente una necesidad.  Ellos ven sus corazones como un lugar vacío que necesita ser llenado con el amor, ven el amor como si fuera algo que fluye para ellos, en lugar de fluir desde ellos.  Acuérdate de eso, y mantenlo en tu corazón: el amor tiene su propio tiempo, sus propias estaciones, y sus propias razones para ir y venir.

No lo puedes sobornar, coaccionar, motivar, o insistir para que se quede. Tú sólo puedes abrazarlo cuando él llega, y repartirlo con los otros cuando él venga hasta ti.  Pero si él elige dejar tu corazón, o el corazón de aquel a quien tu amas, no hay nada que puedas hacer, y no hay nada que debas hacer.

El amor es y siempre será un misterio.  Alégrate de que él haya entrado a tu vida en algún momento.  Si tu mantienes tu corazón abierto, el vendrá de nuevo a ti.

Gustavo Chávez
guscha40@hotmail.com

Esto es lo que hay…


Esto es lo que hay… Soy así. Si te gusta, bien. Si no te gusta, pues decides si te vas o te quedas. Nunca mentí y nunca pretendí ser otra persona. Yo nunca quise cambiarte, ¿por qué tienes que querer cambiarme?

Luis Castellanos
Reflexiones Diarias

La cumbuca


Aquí está el origen del proverbio: «Mono viejo no mete la mano en la cumbuca»

En la India, los cazadores abren un pequeño agujero en un coco, colocan una banana adentro y se esconden. El mono se acerca, toma la banana, pero no consigue sacarla, porque su mano cerrada no pasa por la abertura. En lugar de dejar la fruta, el mono se queda allí luchando contra lo imposible, hasta ser atrapado.
Lo mismo pasa en nuestras vidas. La necesidad de tener determinada cosa hace que terminemos prisioneros de ellas. No percibimos que es mejor perder un poco, que perder todo.

Permanecemos en la trampa, no abrimos la mano que tiene lo que conseguimos. Nos juzgamos sabios, pero – en lo profundo del corazón- sabemos que es una idiotez obrar así.

Paulo Coelho

Un Héroe de 9 años


Cuando mi hijo estaba en segundo grado yo era el líder de su Compañía de Lobatos. Antes de que iniciase su tercer grado, un líder de los Lobatos me llamó y me preguntó si podía tomar otro niño. Teníamos un grupo grande y sabía que no sería fácil, pero eso lo compartía todo el mundo en este grupo de edades.

El problema era que Tray era un paciente de cáncer y le habían amputado una pierna a nivel de la rodilla. Tuve un tiempo difícil colocando mi mente en orden para exponer a «mis» muchachos a lo que yo estaba seguro acabaría en mucha angustia y tristeza para todos nosotros. Finalmente decidí aceptarlo, pero antes de que pudiera decirle sí a nuestro líder llamé a todos mis padres para dejarles saber lo que planeaba hacer y recibir su retroalimentación.

A una voz, todos apoyaron mi decisión. Sólo una madre verbalizó los temores que yo tenía por el bienestar emocional de mis muchachos, pero ella también apoyó mi plan. Sentimos que nos ayudaría a enseñarles compasión y generosidad, ¡así fue y también a nosotros!

Cuando Tray llegó descubrí que no sólo tenía severos problemas físicos y de salud, sino que su familia era increíblemente pobre. Pero querían que Tray tuviese todas las experiencias que pudiese en lo que probablemente sería una vida corta. Sus padres hicieron lo mejor que pudieron para proveerla.

Tray fue sin duda el miembro más entusiasta de nuestra compañía. No hubo nada que no intentase hacer. Cuando hicimos las cosas para sus medallitas, él estuvo en todo, y a menudo se destacaba. Todos mis muchachos le animaban y le ayudaban cuando podían, lo que también se extendió a la vida escolar.

Aún en el segmento de condiciones físicas de nuestro programa le fue bien, mejor que a la mayoría, excepto por el salto largo. Tray simplemente no podía llegar lo suficientemente lejos para cumplir con los estándares del Manual de Lobatos para alcanzar esta medalla. Lo pasé en esta porque deduje que las habilidades estaban escritas para muchachos con dos piernas y ya que Tray sólo tenía una, su meta debería ser tan sólo la mitad de la de los demás muchachos. Tray logró esa mitad y mucho más; de hecho quedó un poquito por debajo del mínimo de todas maneras.

Todos avanzamos a través de los rangos de Tigre, Lobo, Oso y León y llegamos a Webelos. A través de los años, nuestro liderazgo se aseguró de que de alguna manera Tray tuviese todos los sombreros, partes de uniforme, etc., necesarias para que estuviese a la par de los demás. La mayoría del tiempo sabía que alguna de las cosas requeridas no estaban al alcance del presupuesto de sus padres pero buscaron la forma y cuando no podían, nosotros nos asegurábamos de que pasase.

Todos sufríamos con Tray los días en que acababa de salir de la quimioterapia y estaba tan enfermo que no podía caminar diez minutos sin ir al baño. Pero él estaba allí con todos nosotros e insistía en venir a las reuniones cuando cualquiera de nosotros -adultos o niños- hubiésemos estado demasiado enfermos para asistir.

Justo antes del final del programa de Lobatos los llevé a todos a una reunión de Niños Exploradores para que vieran cómo era y para ayudarles a tomar la decisión final sobre si continuaban en el programa de los Exploradores. Tray estaba listo. Le ayudé a escoger una Tropa y le presenté a su líder y demás para prepararlo para su sexto grado cuando pasaría a los Exploradores.

Mi momento de mayor orgullo fue observar a todos mis muchachos pasar por la ceremonia de «Flecha de Luz», incluyendo a Tray. Esta ceremonia marca la transición de Lobatos a Exploradores si escogen continuar. Los intereses de mis demás muchachos habían cambiado a través de los años y ahora estaban en los deportes, las bandas y otras cosas; pero no así con Tray, él sería mi único Niño Explorador.

El verano previo al sexto grado vino y se fue y justo antes de que comenzara el siguiente año escolar, Tray se nos fue. Me gusta pensar que simplemente se fue para ingresar en otra Tropa cuyo líder es mucho mejor que lo que yo jamás podré ser.

Todos aprendimos mucho de Tray; «mis» muchachos, sus padres y yo. Sí, hay un plan y propósito para todos nosotros y, creo, no ser el único en esta comunidad con un héroe de nueve años.

Ahora, cuando estoy en situaciones difíciles, pienso a menudo cómo las hubiese manejado Tray. Esto hace el camino mucho más fácil ya que sé que él hubiese enfrentado el desafío con gusto y celo que ningún otro y finalmente triunfado al final.

James Garner
Vía Renuevo de Plenitud

Principios de Ecología Emocional


Dedicamos toda nuestra vida a entrenar nuestra mente: adquirimos conocimientos y nos enseñan a pensar,  pero en el territorio emocional, en cambio, somos todos autodidactas, en mayor o menor medida.

Hay quien considera las emociones como obstáculos que interfieren en nuestra dimensión racional.

La Ecología Emocional sostiene que no es así y que las emociones son un lenguaje distinto y complementario.

Una mente inteligente pero desconectada de las emociones construiría mapas de decisión equivocados y peligrosos.

Las emociones dan color al paisaje y sirven para orientarnos en el mundo: nos indican si la ruta que hemos elegido es adaptativa o destructiva.

1. Principio de la autonomía personal.

“Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán”.

2. Principio de la prevención de dependencias.

“No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos”

3. Principio del boomerang.

“Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti”

4. Principio del reconocimiento de la individualidad y la diferencia.

“No hagas a los demás aquello que quieres para ti. Pueden tener gustos diferentes”.

5. Principio de la moralidad natural.

“No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti”.

6. Principio de la auto-aplicación previa.

“No podrás hacer y dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo”

7. Principio de la limpieza relacional.

“Tener el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y no nos dejan crecer como personas”.

No somos responsables de lo que sentimos (las emociones no se eligen ni se planifican) pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos.

Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas.

Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta.

“Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional”.

Basado en un artículo de Sergio Sinay publicado en la Revista de La Nación.
Investigaciones de Mercé Conangia y Jaume Soler