Archivo de la categoría: reflexiones

Más frases para reflexionar


  • Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación. (Anónimo)
  • Si te caes siete veces, levántate ocho. (Anónimo)
  • La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. (Anónimo)
  • ¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada? (Anónimo)
  • Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta. (Anónimo)
  • Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. (Anónimo)
  • El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él. (Anónimo)
  • Añorar el pasado es correr tras el viento. (Anónimo)
  • Cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar. (Anónimo)
  • Si eres paciente en un momento de ira, escaparas a cien días de tristeza. (Anónimo)
  • De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso. (Napoleón I)
  • Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí. (Oscar Wilde)
  • Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error. (Alessandro Manzoni)
  • Las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas. (Werner Karl Heisenberg)
  • Huye de los elogios pero trata de merecerlos. (François Fénelon)
  • Si la juventud es un defecto, es un defecto del que nos curamos demasiado pronto. (James Russell Lowell)
  • El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va. (Antoine de Saint-Exupery)
  • Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria. (Mahatma Gandhi)
  • En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias. (Robert Green Ingersoll)
  • Como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta. (Marcel Jouhandeau)
  • Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá. (Harold MacMillan)

Oración de un niño


No quiero pedirte nada especial ni inalcanzable, como ocurre con otros niños que se dirigen a ti cada noche.

Tú eres bueno y proteges a todos los niños de la tierra, hoy quiero pedirte un gran favor, sin que se enteren mis padres.

Transfórmame en un televisor, para que mis padres me cuiden como cuidan al televisor, para que me miren con el mismo interés con que mi madre mira su telenovela preferida, o mi padre su programa deportivo favorito.

Quiero hablar como ciertos animadores que cuando lo hacen, toda mi familia se calla para escucharlos con atención y sin interrumpirlos.

Quiero ver a mi madre suspirar frente a mí como lo hacen cuando mira un desfile de modas, o poder hacer reír a mi padre como lo logran ciertos programas humorísticos, o simplemente que me crean cuando les cuento mis fantasías sin necesidad de decir ¡es cierto! yo lo escuché en la tele.

Quiero representar al televisor para ser el rey de la casa, el centro de atención que ocupa el mejor lugar para que todas las miradas se dirijan a mí. Quiero sentir sobre mí la preocupación que experimentan mis padres cuando el televisor comienza a fallar y rápidamente llaman al técnico.

Quiero ser televisor para ser el mejor amigo de mis padres, el héroe favorito, el que más influya en sus vidas, el que recuerde que soy su hijo y el que ojalá les mostrara mas paz que violencia.

Señor por favor déjame ser televisor aunque sea por un día.

Noche lluviosa


Estás conduciendo tu coche de dos plazas en una noche de tormenta terrible.

Pasas por una parada de autobús donde se encuentran tres personas esperando:

1. Una anciana que parece a punto de morir.
2. Un viejo amigo que te salvó la vida una vez.
3. El hombre ideal, o la mujer de tus sueños.

A cuál llevarías en el coche, habida cuenta que sólo tienes sitio para un pasajero?

Piensa muy bien tu respuesta antes de seguir leyendo. . .

Éste es un dilema ético-moral que una vez se utilizó en una entrevista de trabajo.

Podrías llevar a la anciana, porque va a morir y por lo tanto deberías salvarla primero.

O podrías llevar al amigo, ya que él te salvó la vida una vez y estas en deuda con él.

Sin embargo, tal vez nunca vuelvas a encontrar al amante perfecto de tus sueños.

Uno de los aspirantes en esa entrevista fue contratado (de entre 200 aspirantes) por su magnifica respuesta.

Quieres saber cuál fue?
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No te preocupes, ocúpate


Hay una gran diferencia entre prever una dificultad y preocuparse por ella.

Al hacer planes parece razonable prever ciertos obstáculos complicados en el camino.

En la medida en que puedas anticiparte a ellos para estar esperándolos y si das los pasos necesarios como para minimizar su impacto, harás que tus esfuerzos resulten muchísimo más efectivos.

Sin embargo, preocuparse por los problemas que eventualmente podrían aparecer, genera una dinámica completamente diferente.

La preocupación te predispone a quedar atrapado por obstáculos que podrían no materializarse jamás.

¿Cuáles son las cosas que tus preocupaciones no te están permitiendo conseguir?

Si hay algún aspecto que te preocupa, lleva a cabo las acciones necesarias como para aliviar esa sensación.

Luego líbrate de tus preocupaciones y sigue adelante con tus cosas. Siempre que intentas algo ambicioso tienes la posibilidad de fracasar.

Pero si no lo intentases, el fracaso no sería sólo una posibilidad, sino una certeza.

En lugar de preocuparte por lo que podría suceder ponte en movimiento y utiliza tu energía para lidiar con lo que realmente esta ocurriendo.

Esa es la manera de hacer que… las cosas pasen.